Las técnicas
de respiración son uno de los métodos
más utilizados para liberar tensiones, relajar el cuerpo, ayudar al organismo a
conectarse con el momento presente y olvidar las preocupaciones. Los músculos
más involucrados en la respiración son aquellos ubicados en la cavidad
abdominal, los músculos pequeños entre las costillas y el diafragma.
Aunque la mayor parte de la gente
piensa que son los pulmones los que recogen y expulsan el aire en la
respiración, en realidad el verdadero responsable de ésto es el diafragma
respiratorio. Se localiza bajo los pulmones y separa el tórax de la zona
abdominal, ocupando una gran superficie. Y aunque hay otros músculos que
también colaboran a realizar esta función, el diafragma es el músculo
más importante de la respiración.
El diafragma se mueve cuando respiras.
Al inhalar, su forma de cúpula se aplana y baja, creando más espacio en
el tórax y haciendo que el aire entre. Cuando se relaja y recupera su
forma inicial, sube y empuja el aire fuera de los pulmones provocando la
exhalación. Si no se mueve ampliamente mientras respiras, la cantidad de
aire que entra y sale de los pulmones se reduce.
El
Diafragma activa el funcionamiento de otros órganos
El diafragma respiratorio tiene
influencia sobre varias partes de nuestra anatomía pues todo está
interconectado. Su movimiento se refleja además de en el tórax, en
otras zonas superiores como la cabeza, cuello y hombros, e inferiores como
todos los órganos abdominales y la pelvis.
Numerosos tejidos y ligamentos
conectan tu diafragma con otros órganos, lo cual permite que éstos se muevan en
coordinación con tu respiración. Por ejemplo, si tu diafragma se mueve
bien, con amplitud, hará que tu hígado se mueva, que sus tejidos se expandan y
se compriman favoreciendo la circulación sanguínea dentro de él y facilitando
su limpieza al movilizar las toxinas. Si hablamos de los intestinos,
vemos que también el diafragma influye en su movimiento, lo cual estimula su
buen funcionamiento, y lo mismo ocurre con otros órganos como el páncreas, el
estómago o los riñones. Eso sin mencionar a los propios pulmones y por
supuesto al corazón.
Mueve tu diafragma, mejora tu
salud
Por otra parte el cuerpo tiene
varios mecanismos para bombear diversos fluídos (del estómago, páncreas,
vesícula biliar, varias glándulas, el sistema linfático y por supuesto el
circulatorio…). Un bombeo vigoroso de todos estos fluídos corporales es
importante para un mejor funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, y el
movimiento del diafragma es clave para que ese bombeo se dé y sea poderoso.
No es extraño que un gran músculo
que está en el centro de nuestro cuerpo tenga una “función central”.
Respira con todo tu cuerpo, estírate, muévelo, mejora tu salud.
Haz ejercicios que estiren el
tórax y estimulen el movimiento del diafragma, como los siguientes:
La
respiración abdominal es usada en yoga y es un complemento en prácticas del
pranayana y la meditación. Esta técnica de respiración, también conocida como
diafragmática, es una de las mejores herramientas para llenar al cuerpo de
energía y retomar el centro de nuestra vitalidad.
Con la respiración abdominal puedes:
·
Bajar tensiones del cuerpo.
·
Ayudar a tratar y sanar ansiedad, estrés, angustia, miedos, etc.
· Vigoriza órganos y sistemas aumentando el nivel de circulación de
nutrientes y oxígeno a todo el organismo.
·
Ayuda a una mejor concentración.
·
Ayuda a liberar emociones contenidas o guardadas.
·
Ayuda a una mejor digestión.
· Ayuda a que los nutrientes se absorban mejor en el cuerpo ya que relaja
órganos como estómago, hígado, intestinos, etc.
·
Baja el nivel de PH de la sangre, lo cual ayuda a que tengamos una mejor
salud.
·
Da un masaje muy beneficioso al corazón.
·
Aumenta las defensas del cuerpo y ayuda al cuerpo a restablecer su
energía.
·
Ayuda a rejuvenecer tus tejidos y reparar células.
¿Cómo se practica la respiración
abdominal?
Es muy
sencillo. Si tienes un bebé cerca observa como, cuando inhala o toma aire, su
abdomen se infla como lo hace un globo cuando se le inyecta aire. Cuando el
bebe exhala, el abdomen se contrae.
Esta es
la respiración que deberíamos hacer durante el día. Pero estamos viciados
a respirar de forma incorrecta, la mayoría de las personas cuando inhalan
elevan el pecho, lo cual hace que la respiración sea débil y cortada.
Hazlo ahora mismo. Siéntate
cómodo en una silla o recuéstate en una colchoneta y pon tu mano encima de tu
ombligo. Respira y empuja tu estomago hacia afuera. Luego, exhala y permite que
lentamente salga el aire hasta que te quedes sin oxigeno.
Vuelve a tomar aire y repite de
forma consciente durante el mayor tiempo que puedas, hasta que te acostumbres a
respirar de esta forma.
Cuando hagas ejercicio, observa
que tu respiración sea abdominal y obtendrás mejores resultados.
Cuando no respiras adecuadamente:
·
No hay
una buena captación de oxigeno y circulación en tu cuerpo.
·
Tus
tejidos y células empezarán a lucir desgastados y cansados.
·
Serás más
propenso a enfermarte.
·
Tu
digestión será más pesada.
· La
evacuación de toxinas será lenta y tu sangre estará más elevada en toxemia, por
lo que será más ácida y estarás más condicionado a enfermarte.
Cuando te sientas tenso,
angustiado o depresivo, toma unos minutos para practicar esta respiración.
Te recomendamos pongas música ambiental agradable, de preferencia meditativa, y
coloca tu mano encima de tu ombligo. Toma aire y visualiza que de la palma de
tu mano sale una luz blanca que absorbe tu abdomen cuando se infla. Cuando
exhales, repite en tu cabeza alguna afirmación que te haga sentir bien como por
ejemplo:
“Me siento tranquilo
y confió en el proceso de la vida”
"Mi mundo está en perfecta
armonía, estoy sano, estoy en Paz con el universo"
Fuente: La Vida al Natual