1. El nacimiento de un sacramento.
El Jueves Santo abre el Triduo Pascual de la de católica, lo que inicia el momento central del año litúrgico en conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. En el episodio evangélico, el jueves antes del Domingo de Pascua es la última vez que Jesús se reune con sus discípulos para compartir pan y vino antes de su muerte, quedando instituido el sacramento de la Eucaristía.
Aparte de la institución del sacramento, durante la Última Cena de Jesús y sus apóstoles se celebra así como el lavatorio de los pies y el mandamiento del amor (“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”). De la palabra mandamiento, en latín mandatum se deriva “Maundy Thursday”, el nombre del día en Inglaterra.
Entre los estudiosos del Evangelio, el orden de los acontecimientos de la Última Cena usualmente es el siguiente: lavado de pies a los Apóstoles, predicción y partida de Judas y la institución de la Sagrada Eucaristía. Otros, sin embargo, creen que el sacramento ocurrió antes de la partida de Judas, realizando éste una comunión sacrílega.
2. Celebración eclesiástica.
Es la más antigua de las celebraciones de la Semana Santa y, en sus inicios romanos, se le añadieron algunas ceremonias accesorias como la Consagración de los Santos Óleos durante la Missa chrismalis, o misa crismal, y la reconciliación de los penitentes. Los óleos que son consagrados en esta misa son los que se utilizarán para el Bautismo, la Confirmación, la Ordenación Sacerdotal y la Unción de Enfermos.
En la antigüedad se mantenía el ayuno hasta final de la tarde, cuando terminaba la Cuaresma y se realizaba la liturgia. Esta tradición fue dispensada por el Concilio de Cartago. En tiempos de San Agustín, las ofrendas se realizaban en la mañana y en la tarde para que quienes no ayunaban pudiesen asistir a la Eucaristía de la mañana y quienes ayunaban esperaban la comida de la noche.
En la liturgia actual, la Misa Vespertina de la Cena del Señor se realiza luego de la hora nona, a las tres de la tarde, cuando termina el tiempo de Cuaresma. La celebración de la Eucaristía, particularmente solemne, dedica su lectura evangélica al recuento de San Juan de la Última Cena.
Entre la Homilía y el Ofertorio, el sacerdote escoge doce hombres del público para lavarles los pies en recuerdo del gesto de Jesús.
Durante el Jueves Santo no hay una celebración especial fuera de la institución de la Eucaristía en la Última Cena de Cristo y el lavatorio de pies. Después de la misa, se realiza la Procesión del Santísimo Sacramento del Altar y se realizan vigilias de oración en conmemoración de la oración de Jesús en el Monte de los Olivos, la noche de su captura.
En Venezuela este día se tiene por tradición visitar siete templos y hacer un momento de oración en cada uno de ellos. Es un acto de desagravio por la injuria cometida a Nuestro Señor Jesucristo de ser llevado de un lugar a otro (siete estaciones) para ser juzgado y luego crucificado. Recordemos que Jesús fue trasladado:
Es por tanto, un acto de desagravio en el que pedimos perdón a Dios por las ofensas que hicimos a Jesús al haberlo traicionado y entregado a las autoridades de aquella época.
Hoy, el Señor, presente en todos los pobres y desposeídos de nuestra sociedad, sigue siendo traicionado y entregado injustamente a la autoridad y también, por qué no decirlo, sigue sufriendo en manos de quienes tienen poder que, sin respeto a la dignidad humana, maltratan a nuestros hermanos injustamente.
En esta devoción podemos acompañar a nuestro Señor durante su recorrido ante cada una de las autoridades, reflexionando sobre la injusticia que padeció en todo su juicio, donde fue condenado a muerte.
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